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Receta: Tahini



El sesamo o semilla de ajonjolí es muy utilizado en nuestra cocina mexicana, sin embargo, su principal forma de consumo es en su presentación entera. ¿Qué te viene a la mente en cuanto decimos ajonjolí? Seguro que un molito o unas enmoladas ¿verdad?, aunque también lo llegamos a encontrar en panadería, como las hamburguesas, pan de muertos o un rico cocol de piloncillo. Sin duda esta integrado en nuestra cocina, pero casi no lo vemos en su presentación de pure. Por eso hoy queremos presentarles el tahini, una crema de ajonjolí para acompañar tus comidas.


El tahini es un condimento elaborado de ajonjolí tostado y molido. Puede servirse solo y utilizarse como un dip, o integrarse en otras preparaciones, por ejemplo, al preparar hummus (visita nuestra receta aquí), baba ghanoush y el halva. Además, es perfecto para acompañar carnes, ensaladas (ensalada caprese receta aquí), e incluso preparaciones dulces.



La palabra tahini es tomada el griego moderno tachíni, el tahini o pasta de ajonjolí es un ingrediente utilizado en la cocina mediterránea, pero mayormente en medio oriente en zonas al norte de África, Grecia, Irán y Turquía. Podríamos pensar que el tahini es un alimento moderno, pero en realidad se tiene registros que el ajonjolí (en diferentes presentaciones) ha sido utilizado como alimento por más de 3500 años.


El tahini es una gran fuente de varios nutrientes como niacina (vitamina B3), riboflavina (vitamina B2) y tiamina (vitamina B1), calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, fosforo, selenio y zinc. Además, casi el 20% de su peso es proteína haciéndolo una buena fuente, y por supuesto su mayor aporte es en ácidos grasos insaturados (mono y polinsaturados) como el omega 3, y una porción menor de grasas saturadas. Las semillas de ajonjolí poseen un gran contenido de fitoesteroles, un tipo de molécula que asemeja al colesterol de la sangre, y que ha sido estudiada por sus posibles efectos en mejorar los niveles de colesterol sanguíneo.

Existen variantes a la forma de preparar el tahini, su forma tradicional es únicamente moler el ajonjolí. La receta que te mostramos sería un aderezo de tahini, por los ingredientes extras que se agregan, pruébala y posteriormente puedes indagar en alguna variante de la receta.



Nosotros describimos el sabor del tahini como ligeramente amargo y claro aceitoso, acompaña perfectamente ensaladas que integren vegetales de sabores suaves o ligeramente dulces, nosotros escogimos el tomate, zanahoria y brócoli, pero seguramente con calabacita, ejotes o betabel quedaría estupendo.


Es importante mencionar que la intensidad de sabor y el color del tahini varía de acuerdo con el tostado del ajonjolí, nosotros lo dejamos bien tostado por eso el color es obscuro y el sabor más intenso. Además, la consistencia final del tahini puede modificarse agregando un poco más de aceite de oliva, así quedara más líquido.



En nuestra ensalada agregamos lentejas como fuente principal de proteína, pero podrías usar tofu o incluso alguna carne como pollo o res en cubitos o fajitas.

Sin lugar a duda, el ajonjolí y por lo tanto el tahini es un gran alimento, pero recordemos que una alimentación que fortalezca y nutra nuestro cuerpo requiere equilibrio y variedad, te invitamos a probar el tahini e integrarlo en tu alimentación al igual que otros alimentos que sean favorables para tu salud.



Anímate a probar esta receta y coméntanos tu experiencia ¿te gusto? ¿con que lo acompañaste? compártenos tus fotos en redes sociales usando el #CocinandoConNUSAC.

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