Las tortillas son una parte básica de la comida mexicana. Las ocupamos para botanear, para acompañar nuestras comidas y como base para algunos platillos.
Aunque no tiene nada de malo consumir la tortilla de maíz, la tortilla de linaza nos ofrece una opción diferente. ¿Ventaja?, es baja en carbohidratos, rica en omega 3, calcio, magnesio, potasio y fibra.
Las tortillas de linaza son super fáciles de hacer. Con una taza de linaza se hacen 7 tortillas del tamaño de una tortilla de maíz hecha a máquina, aunque quedan un poco más gruesas. Yo sugeriría que las hagas un poco más delgadas, pero esto dependerá del gusto de cada quién. También puedes hacer menos tortillas pero de mayor tamaño y así ocuparlas para hacer wraps.
El primer paso es licuar la linaza. Este proceso debe hacerse con licuadora a velocidad alta. Si lo intentas hacer con un procesador de alimentos la linaza no se va a moler. Una vez molida, debes agregar la linaza a un recipiente de agua hirviendo y empezar a mezclar con una palita hasta que se forme una masa. Si notas que tu masa se siente seca, calienta un poco más de agua en el microondas o en otro recipiente en la estufa y agrega poco a poco hasta que tu masa quede flexible y no se pegue.
Después solo queda dividir la masa en bolitas y aplanarlas con un rodillo. También puedes ocupar una prensa para tortillas. Si no ocupas la prensa, una vez que hayas aplanado una bolita de masa al grueso que desees, agarra un plato hondo para cortarla y que quede perfectamente circular. Te sugiero que cuando aplanes la tortilla lo hagas entre dos hojas de papel encerado porque la masa es un poco pegajosa.
Puedes guardar la masa o las tortillas hechas hasta una semana en el refrigerador.
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