Yo no sé ustedes, pero en lo personal me encantan las cosas dulces, sobretodo en las tardes. Si bien la fruta entera es una opción excelente en estos casos, hay ocasiones en que se apetece algo más. La mayoría de las mermeladas o jaleas que encuentras en el super mercado son extremadamente dulces y tienen colorantes y conservadores que no aportan nada a tu cuerpo. La mermelada casera de fresa y chía no solo es perfecta para saciar tu antojo de algo dulce, además es rica en ácidos grasos omega 3, calcio, magnesio y fibra.
Ya saben que en NUSAC somos fans de las recetas sencillas y deliciosas y esta mermelada no es la excepción. ¿Ventaja de hacerla en casa?. La de siempre, puedes personalizar la consistencia y el sabor. La base de esta receta es un pure de fresa que toma consistencia untable gracias al poder aglutinante de la semilla de chía. Puedes modificar su consistencia añadiendo más o menos semillas. Siéntete libre de experimentar. Otro punto que puedes cambiar para modificar la consistencia, es el procesado de las fresas, para que quedara más homogénea decidimos licuarla pero también puedes machacarla con un machacador o un tenedor, así tu mermelada tendrá trocitos de fruta.
En el caso del sabor dulce, puedes añadir un poco de miel o bien para no añadir mayor aporte de azúcar y calorías puedes usar un edulcorante. En este caso usamos una cantidad muy pequeña de estevia (1/8 de cucharadita) solo para contrarrestar el sabor acido de la fresa. Para esta receta usamos fresas congeladas que teníamos a la mano, pero puedes cambiar el sabor usando diferentes frutas frescas y de temporada e incluso mezclarlas entre ellas para crear sabores únicos.
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