Ricas y deliciosas tortillitas, base de nuestra comida mexicana, con sus docenas de variantes entre formas y preparaciones.
Todos amamos las tradicionales tortillas de maíz, y aún más las recién salidas del comal, tan ricas que hasta con sal o salsa son maravillosas.
Pues bien, entre sus variedades tenemos la tortilla de avena, una opción que queríamos probar desde hace tiempo, pero no nos habíamos dado a la tarea de intentar una receta y por fin lo hicimos y queremos compartir con ustedes nuestra experiencia.
Como tal la receta es muy fácil, solo es mezclar, amasar, dar forma y cocinar. El detalle y con lo que nos enfrentamos es el tema de cuánta agua agregar y por cuanto tiempo amasar. En realidad, probamos dos recetas una que lleva aceite (que nos gustó, pero no nos convenció tanto) y la que les presentamos hoy que solo es agua y avena molida.
El tema crítico es el agua, es importante agregar de a poco y amasar por unos minutos antes de continuar agregando agua, la avena tiene una gran capacidad para absorber agua por lo tanto no es hasta después de un rato de amasar que notas si realmente necesita más agua o no. La harina de avena requiere un poco más de amasado, toma un poco más de tiempo comenzar a activar el almidón y proteínas de la avena y con esto permitir que la masa sea más elástica, importante para que tus tortillas se extiendan y doblen bien.
Todo esto lo comentamos desde la experiencia al preparar estas tortillas de avena. Al final nuestras tortillas tenían cierta flexibilidad, pero no la misma que una de maíz, consideramos que podrían haber requerido más tiempo de amasado y agua, en nuestro caso fueron aproximadamente 1 taza de agua por 2 tazas de avena molida y amasar por alrededor de 15 min. Considera que la cantidad de agua varia de lugar en lugar dependiendo de factores como altitud, temperatura y humedad del ambiente. Por esa razón ve agregando agua y amasando hasta que la masa no se pegue o casi no se pegue a tus manos, y que al tratar de estirarla no se cuartee mucho.
Sabemos que en ocasiones se agrega harina de trigo para ayudar a la elasticidad de la masa, pero nosotros queríamos una tortilla totalmente de avena. Al final quedamos satisfechos con el resultad, el sabor de la tortilla es muy bueno, nosotros las hemos comido como quesadilla, las tostamos un poco más y las usamos para hacer tostadas de lo que sobro de champiñones a la poblana de otra receta (receta aquí), con frijoles y hasta con hummus (receta aquí). Al momento no las hemos comido con algo dulce pero seguro que acompañan bien.
La verdad es que vale mucho la pena hacer la receta, principalmente por la versatilidad de llevar la avena a otros platillos y claro como siempre para darle variedad a nuestra alimentación y por consiguiente de los nutrientes que ofrecemos a nuestro cuerpo.
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