Todos hemos experimentado alguna vez el ser transportados a algún momento de nuestra infancia al percibir el olor de nuestro platillo favorito. Era común que la cocina en casa fuese el foco principal de reuniones y celebraciones familiares, y pese a que esto sigue siendo una realidad para muchas familias, el habito de cocinar se ha ido perdiendo. En las ultimas décadas estudios han demostrado que la costumbre de cocinar en casa se a reducido drásticamente (Palmer, 2013), incrementando el consumo de alimentos ya preparados o en distintos tipos de restaurantes. El problema principal de comer siempre fuera de casa es que se a asociado a un mayor consumo de kilocalorías, grasas y sodio y un menor consumo de frutas, verduras y alimentos integrales (Palmer, 2013; Tiwari et al., 2017). Este decremento en el tiempo que se dedica a la cocina se debe, la mayoría de las veces, a la falta de tiempo por el ritmo de vida tan atareado que se suele llevar en la actualidad y, a diferencia de otros tiempos, tenemos fácil accesibilidad a alimentos ya preparados y envasados, por lo cual cocinar puede verse como un acto poco necesario (Farmer, Touchton-Leonard and Ross, 2018).
Los seres humanos no comemos únicamente para nutrirnos, también comemos por placer. En el rito de cocinar e ingerir alimentos se reflejan también las costumbres y hábitos que nos dan una identidad cultural y en algunos casos religiosa. Estas costumbres las empezamos a aprender desde que somos niños con el simple hecho de ver a tus mayores participar en la preparación de alimentos. Te acostumbras a ciertos sabores y olores que, en algún punto de tu vida intentas recrear para ti y la nueva familia que has formado. Pero, al dedicar menos tiempo a cocinar vamos perdiendo esas costumbres y habilidades que nos identifican. Dejamos de asociar ciertos platillos con personas especificas, como esos tamales que hacia la abuela y que te traían tanto confort cuando los comías. Los niños crecen sin esa influencia y amor por compartir alimentos preparados en casa y con ello una parte de nuestros antepasados se va perdiendo. De ahí la importancia de seguir cocinando, para seguir pasando nuestros conocimientos culinarios generación tras generación.
Dejando a un lado la importancia cultural, en los últimos años se han realizado múltiples estudios evaluando los diferentes beneficios que tiene cocinar en nuestra salud y bienestar. La evidencia sugiere que las personas que preparan sus alimentos tienden a ser más saludables y tienen mejores hábitos alimentarios que aquellos que no lo hacen (Mills et al., 2017; Reicks, Kocher and Reeder, 2018; Farmer, Touchton-Leonard and Ross, 2018). Sin embargo, la evidencia no es todavía lo suficientemente robusta para considerarlo una regla. Pero, cocinar no hace daño a nadie, es una necesidad básica y si ademas hay la posibilidad de que tengas beneficios adicionales, pues bienvenido sea.
BENEFICIOS QUE TE PUEDE TRAER EL COCINAR TUS ALIMENTOS
Flexibilidad en tus platillos.
Muchas veces hay una preparación que nos encanta, pero hay un ingrediente especifico que no podemos tolerar y terminamos por no disfrutar de todo el platillo. Esto se puede arreglar fácilmente preparando nuestros propios alimentos y descartando los ingredientes que no nos gustan tanto e intercambiándolos por otros que se adapten mucho mejor a nuestro paladar.
2. Puedes elegir la calidad de tus alimentos
Uno de los mayores problemas de comer fuer de casa o comprar comida ya hecha es que nunca podemos estar 100% seguro de la calidad de los ingredientes que están usando, así como la cantidad de ciertos nutrientes que en exceso pueden afectarnos, como es la sal y las grasas saturadas. Al cocinar en casa controlas al 100% lo que tu y tu familia se lleva a la boca.
3. Puedes controlar mejor tus porciones
Es muy común ver restaurantes que sirven porciones gigantescas de comida, y seamos honestos, muchas veces este es uno de los criterios que utilizamos para elegir el lugar donde vamos a comer. El problema esta cuando nos acostumbramos a esas raciones masivas que sobrepasan por mucho nuestros requerimientos de comida y se vuelven parte de nuestra dieta habitual. Entre eso y que muchos crecimos con la doctrina de "acaba todo lo que tienes en tu plato" nos trae como consecuencia aumento de peso indeseado y sus consecuencias metabólicas. Al comer en casa puedes servirte lo que sabes que va de acuerdo a tus necesidades y así mantenerte más saludable.
4. Puede ayudarte a incrementar tu ingesta de frutas y verduras
Como ya lo mencionamos, el preparar tus alimentos te permite ser flexible con los ingredientes. Puedes agregar mayor proporción de verduras a tus preparados, así como experimentar con los diferentes sabores y texturas que las frutas y verduras dan a tus platillos (Metcalfe and Leonard, 2018).
5. Puede incrementar tu autoestima
Estudios sugieren que la capacidad de preparar diferentes platillos tiene un efecto benéfico en nuestra confianza, aumentando nuestra autoestima (Mills et al., 2017). Hay una sensación gratificante y que te llena de orgullo al comer algo delicioso y saber que tu lo preparaste y más aun cuando recibes cumplidos de otras personas por ello.
6. Crea vínculos familiares y sociales
Casi todos los seres humanos comemos y disfrutamos de comer. Por lo cual no es de extrañarse que nos reunamos para compartir algunos tiempos de comida y disfrutar en conjunto de nuestros alimentos favoritos. Cocinar en familia puede fortalecer los lazos afectivos entre los miembros de esta, creando recuerdos placenteros y positivos, que pueden ir heredándose a través de diferentes generaciones (Farmer, Touchton-Leonard and Ross, 2018; Mills et al., 2017). Incluso hay estudios que sugieren que las comidas familiares además de ayudar a incrementar la autoestima por la adquisición de diferentes habilidades, podría reducir síntomas depresivos, estrés y conductas suicidas (Tiwari et al., 2017).
7. Te ayuda ahorrar
El preparar tus propios alimentos tiene el potencial de ayudarte a mejorar tus hábitos de salud, sin costo extra e incluso puede ser aun más barato que comer en la calle. Entre más numerosa sea la familia, más barato será comer en casa (Mills et al., 2017).
Así que ¡manos a la obra!, A disfrutar de todos los beneficios de cocinar.
Recuerda que si necesitas tips y orientación sobre cómo acoplar tus actividades para dedicar tiempo a cocinar, como cocinar o ideas de recetas para preparar, puedes acudir a nosotros por medio de nuestro servicio de consulta presencial o en línea.
¡Trabajamos contigo para que tengas una vida más saludable!
Referencias
Farmer, N., Touchton-Leonard, K. and Ross, A. (2018) 'Psychosocial Benefits of Cooking Interventions: A Systematic Review', Health Educ Behav, 45(2), pp. 167-180.
Metcalfe, J. J. and Leonard, D. (2018) 'The relationship between culinary skills and eating behaviors: Challenges and opportunities for parents and families', Physiol Behav, 191, pp. 95-99.
Mills, S., White, M., Brown, H., Wrieden, W., Kwasnicka, D., Halligan, J., Robalino, S. and Adams, J. (2017) 'Health and social determinants and outcomes of home cooking: A systematic review of observational studies', Appetite, 111, pp. 116-134.
Palmer, S. (2013) 'Get Clients Cooking!', Todays dietitian, 14(8), pp. 28, Today's Dietitian, Available: Today's Dietitian.
Reicks, M., Kocher, M. and Reeder, J. (2018) 'Impact of Cooking and Home Food Preparation Interventions Among Adults: A Systematic Review (2011-2016)', J Nutr Educ Behav, 50(2), pp. 148-172.e1.
Tiwari, A., Aggarwal, A., Tang, W. and Drewnowski, A. (2017) 'Cooking at Home: A Strategy to Comply With U.S. Dietary Guidelines at No Extra Cost', Am J Prev Med, 52(5), pp. 616-624.
Utter, J., Larson, N., Laska, M. N., Winkler, M. and Neumark-Sztainer, D. (2018) 'Self-Perceived Cooking Skills in Emerging Adulthood Predict Better Dietary Behaviors and Intake 10 Years Later: A Longitudinal Study', J Nutr Educ Behav, 50(5), pp. 494-500.
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