Aunque su diagnóstico y tratamiento es complejo y aun se están estudiando formas para evaluarla, diversos autores concuerdan en que la ortorexia nervosa se caracteriza por (Greville-Harris, Smithson and Karl, 2019):
· Una preocupación obsesiva por comer alimentos “saludables”, “puros” o “limpios”
· Estricto seguimiento de porciones de alimentos a consumir, que llevan a una ingesta inadecuada de energía y nutrientes
· Restricción o eliminación de alimentos que se consideran “no saludables” o “sucios”
· Estrés al romper o riesgo de romper sus reglas alimentarias
· Afectación en la vida social, como resultado de sus creencias y comportamientos alimentarios
La anorexia y la ortorexia nervosas no deben confundirse, la primera se enfoca más en la delgadez y la ortorexia se enfoca más en la calidad de la dieta. Sin embargo y como se describe en la revisión de Hanganu-Bresch (2019) la apariencia física y la salud son términos que son difíciles de separar en la cultura occidental, en la que la obesidad es usualmente relacionada con enfermedad y los cuerpos delgados con “fitness” y belleza.
Consecuencias
· Pérdida de peso
· Deficiencias nutricionales y/o desnutrición
· Daños a nivel emocional y mental
Para algunas personas con ortorexia la presencia de depresión y ansiedad es constante. Algunos describen sentir miedo ante ciertos alimentos por considerarlos tóxicos o peligrosos, lo que favorece su ansiedad y rechazo a comidas o situaciones sociales en las que tienen que enfrentarse a esos alimentos. Además, la preocupación por subir de peso, enfermarse o recibir críticas de la gente, genera un círculo vicioso que tiene como desenlace la búsqueda de mayor control sobre su alimentación y ejercicio.
El alcance que puede tener la ortorexia se puede resumir en esta frase dicha por una persona que padeció ortorexia; “Ya no sé cuál es el aspecto natural de mi cuerpo, ya que lo he manipulado por tanto tiempo, lo he abusado, le he hablado horrible, lo he hecho trabajar más allá de sus límites, lo he matado de hambre, lo he castigado…”.
Esto nos ayuda a ver y remarcar que todos los extremos son malos (incluso en cosas favorables como cuidar tu salud). Si no mantenemos un equilibrio entre la salud física y la salud mental, simplemente no tenemos salud.
Y recuerden, “Cuerpos vemos, desordenes de la alimentación no sabemos”. Cuida cada detalle de ti, por ti y para ti, deja de compararte, deja de hacer las cosas buscando el reconocimiento ajeno, deja de darle un valor moral a tu salud.
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